Esa incómoda acidez estomacal

El reflujo es un padecimiento común, pero muchos desconocen los síntomas.

Lucero Amador

Ese fuego que recorre el tórax podría ser el síntoma delator del reflujo, que se produce cuando el ácido gástrico asciende desde el estómago e invade el esófago debido a un defecto en la válvula que bloquea el tránsito entre ambos.

Padecer reflujo no es un hecho patológico. Se produce también en adultos sanos, incluso en niños y adolescentes, aunque para algunas personas esta indigestión ácida es tan frecuente y severa que interfiere en el desarrollo normal de sus actividades diarias.

De acuerdo con el doctor Gustavo Alza, con práctica en Los Ángeles, el reflujo es un problema muy común en la comunidad latina; sin embargo, pocos saben identificar la enfermedad porque desconocen los síntomas o los confunden con un simple malestar.

“El reflujo es un malestar constante y molesto”, comentó Alza, quien forma parte del cuerpo médico de los hospitales Huntington Memorial de Pasadena y Glendale Memorial.

En un estudio realizado por una de las principales empresas internacionales de cuidados médicos dedicada a la investigación de farmacéuticos, se reveló que 6.1 millones de latinos en Estados Unidos sufren de reflujo ácido.

De ellos, según la encuesta realizada en cinco estados del país, más del 66% no están familiarizados con los síntomas y lo grave es que desconocen que éstos forman parte de un problema médico.

En Estados Unidos hay 29 millones de estadounidenses con esta enfermedad.

Los trastornos del reflujo podrían alterar la calidad de vida de quien lo padece. Hasta hace pocos años, se había considerado el reflujo como una afectación menor, ya que no comprometía la supervivencia del paciente.

Sin embargo, según el doctor Alza, aunque no provoca directamente la muerte, sí podría ocasionar cáncer, inflamación o úlceras en el esófago, además de un tipo de cicatriz producida por la acidez.

El médico aseguró que el reflujo es curable y existen varios métodos que se pueden aplicar al paciente que lo padece.

Hay quienes conviven con las molestias diarias debido a la extendida costumbre de automedicarse con antiácidos y sustancias como el bicarbonato. Sin embargo, el tratamiento farmacológico es eficaz y puede, además, evitar complicaciones de la erosión ácida en el esófago.

Alza dijo que lo más indicado es diagnosticar al paciente y recomendarle los medicamentos más adecuados o incluso someterlo a otros tratamientos.

¿Qué es exactamente?
Todavía es una incógnita la causa exacta del reflujo. El doctor Alza comentó que todos los seres humanos nacemos con ello; sin embargo, hay quienes lo desarrollan más.

“Es normal tener un poco de reflujo, el problema es cuando se produce la secreción interna de acidez en el estómago”, comentó.

Lo que se sabe es que distintos mecanismos neurológicos y musculares intervienen en el proceso de relajación y contracción de las válvulas que cortan la comunicación entre el esófago y el estómago. El reflujo ocurre cuando el ácido sube al esófago, causando irritación en la capa interna de éste.

Una válvula ubicada entre el esófago y el estómago, llamada Esfínter Esofágico Inferior (EEI), deja de cerrar apropiadamente. En condiciones normales, la conexión está ocluida y sólo se abre para permitir el paso del bolo alimenticio al estómago. Sólo el acto de comer estimula la apertura. Cuando esa válvula no cierra apropiadamente, permite que el ácido estomacal suba al esófago, irritándolo.

En la mayoría de los casos el reflujo se debe a que el esfínter se relaja temporalmente en un mal momento, es decir, mientras se produce la digestión.

Cuando la relajación temporal ocurre con mayor frecuencia y uno de estos factores se altera, la agresión continua del reflujo sobre la pared de este órgano puede acarrear una dolencia crónica. Es que, al contrario que el estómago, el territorio esofágico no está preparado para hacer frente a las enzimas digestivas que disuelven los alimentos ingeridos.

El reflujo requiere tratamiento médico crónico para controlar adecuadamente los niveles de ácido o podría tener consecuencias a largo plazo, como daños potenciales en el esófago.

Alza negó que este problema tenga origen en el tipo de comida o condimentos que se consumen, aunque algunos de ellos podrían agudizarlo.

Lo que el médico sí menciona como una consecuencia es la calidad de vida que lleva cada persona, por ejemplo, el exceso de presiones, la tensión emocional o el estrés, aunados a la falla de la válvula entre el estómago y el esófago.

“Estas emociones facilitan que en el estómago se produzca acidez”, comenta el doctor.

Aunque hay bebés que nacen con reflujo y adolescentes que lo padecen, es más rápido de detectar porque los padres los llevan al médico en cuanto éstos se quejan de las molestias. Sin embargo, los adultos no toman así la situación, sino que relacionan el malestar con acidez y se automedican sin acudir a un profesional de la salud.

Síntomas por atender

Si usted es de las personas que padecen con frecuencia ese ardor en el tórax, la sensación de eructar en exceso, siente el estómago con aire y tiene esos padecimientos con frecuencia y desde hace tiempo, debe acudir al médico. Alza dijo que ésos son los síntomas más evidentes.

“A veces es una sensación que nos parece común, incluso consideramos normal sentir ese ardor después de consumir ciertas comidas, pero eso no debe ser normal”.

Alza comentó que, en el caso de los niños, la enfermedad tiene una reacción diferente y no se diagnostica tan seguido como en los mayores de edad. Los niños no presentan problemas de úlceras gástricas o de esofagitis y eso se debe en parte al tipo de vida que llevan, la cual es muy diferente a la de los adultos.

Para los médicos es fácil detectar el reflujo cuando se cuenta con el historial clínico del paciente. El doctor Alza explicó que los estudios que realizan para detectar el reflujo son muy capaces de diagnosticar la gravedad del problema.

Hace algunos años, las radiografías eran la única opción de los médicos para detectar la enfermedad, pero no podían observar algún cambio delicado. Ahora se realiza la endoscopia con o sin toma de biopsia, una esofagoscopia y tomografías.

“Ahora es más fácil detectar si algo parece peligroso, si es realmente reflujo o se trata de alguna otra enfermedad”, concluyó Alza.