Ejercicio regular, alimentación balanceada y chequeos médicos son las claves de una buena salud

El propósito es sencillo. Buscar formas de vida más saludables que brinden bienestar físico y mental.

Para lograr buenos resultados, se puede empezar por establecer una rutina moderada de ejercicios y poco a poco ir eliminando el sedentarismo.

Según Felipe Daza, médico del deporte, “el sedentarismo duplica el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coronarias, por eso se ha catalogado como uno de los factores de riesgo más comunes para la salud. La ventaja es que puede ser modificable, cambiando malos hábitos y haciendo actividad física regular”.

La idea, dice el especialista, es empezar con caminatas cada tercer día, durante 30 o 40 minutos. Trotar y montar bicicleta en terrenos planos, y sin excederse, son otras sanas alternativas. Si estos hábitos se vuelven rutina, mejorará notablemente la calidad de vida. Con el paso del tiempo puede ir aumentando la frecuencia de ejercicios. Los músculos y el corazón serán los más beneficiados.

Daza recuerda que siempre es necesario consultar al médico para que sea él quien determine, según la necesidad del paciente, qué tipo de ejercicios son los ideales, pues no están indicados para todo tipo de personas. Lo más recomendable es empezar con ejercicios tres o cuatro veces por semana. Después podrá hacerse todos los días y mezclarlo con otro tipo de actividades o deportes.

Los niños también pueden ejercitarse. “Cada vez es más común que no se muevan a causa de los videojuegos y la televisión. Esa inactividad acarrea problemas en la adolescencia y en esta época es cuando empiezan a verse las consecuencias. La idea es inscribirlos en un gimnasio especializado en menores o promover la práctica de su deporte favorito”.

Visitas al médico

Hacerse una revisión médica completa es una decisión sana, no solo para aquellos que tienen algunos dolores o molestias, sino para quienes quieren evitarlos.

La consulta médica con carácter preventivo puede bastar para detectar algunas enfermedades latentes.

Acorde con su edad y características el médico decidirá qué exámenes realizar y qué seguimientos será necesario tener en cuenta durante el año.

Aunque existen exámenes más complejos y completos, como los llamados chequeos ejecutivos, es recomendable hacerlos solo si la persona tiene cómo costearlos.

Estos incluyen desde una revisión médica, oftalmológica y audiométrica completa, hasta pruebas de esfuerzo para evaluar la situación cardiaca; también radiografías de tórax, cuadro hemático y pruebas de glicemia, creatinina y examen de orina, hepáticas (enfermedades del hígado), ácido úrico, colesterol y triglicéridos y evaluación de enfermedades venéreas, entre otras.

Exámenes básicos

Si entre sus costumbres no está asistir periódicamente al médico, tenga en cuenta lo siguiente:

Sin importar la edad, toda persona debe (si no lo ha hecho) practicarse exámenes de agudeza visual y auditiva, saber cuál es su grupo sanguíneo y su factor Rh, tener completo el esquema de vacunas (ojo, no solo son para los niños) y visitar periódicamente al odontólogo.

Todas las mujeres adultas deben hacerse una citología vaginal, por lo menos una vez al año; examinarse los senos con frecuencia y los huesos (densitometría ósea).

Los hombres mayores de 40 años deben hacer a un lado los complejos y practicarse el examen de la próstata.

Tanto ellas como ellos deben revisarse los niveles de colesterol y triglicéridos, así como el corazón, más si hay antecedentes familiares de alteraciones cardíacas.

Alimentación sana y balanceada

Empiece por visitar al nutricionista para que le indique cuál debe ser su peso ideal y le ayude a establecer una dieta sana que además le permita mejorar sus hábitos alimentarios.

Tranquilo: la palabra dieta no significa aguantar hambre o privarse definitivamente de sus comidas favoritas.

“Una alimentación completa y balanceada es aquella que contiene todos los nutrientes necesarios como proteínas (15 a 20 por ciento), grasas (25 por ciento), carbohidratos (55 a 60 por ciento), así como fibra y agua”, explica Silvia Velandia, nutricionista dietista.

Además, es la alimentación que se realiza cada cuatro horas incluyendo desayuno, almuerzo, onces y cena. De esta forma no se presentará la sensación de hambre, evitando caer en la tentación de consumir golosinas para calmarla.

Es importante que no falten nunca en las comidas buenas porciones de frutas y verduras, todos los días.

Si quiere incluir productos dietéticos, puede hacerlo. Entre ellos se cuentan jugos sin azúcar, lácteos descremados, productos endulzados con edulcorantes no calóricos y quesos sin crema.

La nutricionista recomienda preferir las carnes blancas como el pollo y el pescado y limitar, aunque a muchos les cueste trabajo hacerlo, las carnes rojas. Un consejo es optar por la carne magra, es decir, aquella que está libre de grasas.

Es mejor no abusar de los embutidos, como las salchichas y el salchichón, ni de las grasas saturadas. Y por último, es mucho mejor olvidarse de las frituras, pues no son buenas para la sa-lud.

Es indispensable usar para la cocción de los alimentos aceites de canola, soya, oliva, maíz o girasol, por su alto contenido de grasas poliinsaturadas (omega 3 y omega 6 ).

No olvide acompañar su dieta con agua. Lo aconsejable es tomar dos litros al día.