¿Quieres hacerte un piercing o tatuaje? Entérate primero…

Perforarte la piel para añadir un piercing o un tatuaje implica riesgos para la salud que debes conocer. De hecho, tres de cada diez piercings colocados en la oreja o la nariz provocan infecciones cutáneas, causadas por una mala cicatrización o por la falta de medidas de esterilización de los utensilios utilizados, según especialistas. Un riesgo menor si lo comparamos con algunos casos de hepatitis C y otras patologías de transmisión sexual, detrás de las cuales sigue escondiéndose la práctica inadecuada de estas modas estéticas. Te lo explicamos.

Además de los pretendidos efectos estéticos, la práctica del piercing y de los tatuajes no está exenta de riesgos para nuestro organismo. Sobre todo en el caso de la colocación de un piercing en el cartílago de la oreja, una de las zonas del cuerpo de mayor demanda por parte de los adolescentes, según especialistas. “En los servicios de urgencias de los hospitales siguen atendiendo casos de graves infecciones por una mala cicatrización de la piel después de la colocación de un piercing”, lamenta el doctor Miquel Torres, Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona, España).

En ese caso, el cartílago de la oreja o de la nariz, “al ser un tejido que recibe muy poca irrigación sanguínea, tiene una mayor dificultad de cicatrización -hasta un año, incluso- lo que facilita la posibilidad de infección de la zona de la piel perforada”, advierte el doctor Torres, coordinador de la primera guía higiénico-sanitaria española dirigida al sector del tatuaje, piercing y micropigmentación.

Impiden la colocación de los preservativos

Pero éste no es el único peligro del piercing. Cuando lo colocamos en los genitales, “rompemos la barrera de protección natural de las mucosas frente a los microorganismos, lo que facilita el contagio de enfermedades de transmisión sexual”, advierte este especialista. En algunos casos, además, este elemento decorativo “impide la colocación del preservativo a la hora de mantener relaciones sexuales”, por lo que se exponen doblemente al peligro de contraer patologías como el Sida o la Hepatitis C”, añade.

En el caso de los tatuajes, tampoco estamos exentos de complicaciones. Aunque su rápida cicatrización reduce el riesgo de infecciones de la piel respecto al piercing, “si se hacen con agujas que no estén bien esterilizadas, transmiten con mayor frecuencia el virus de la hepatitis C”, alerta este especialista. Y es que, el hecho de realizarse a través de múltiples micropunciones multiplica este riesgo de contagio. Sin olvidarnos de la irreversibilidad de esta práctica, “que deben conocer las personas antes de apuntarse a la moda de esta técnica ya que las técnicas para eliminarlos son muy costosas y laboriosas, y requieren varias sesiones durante meses”.

Una normativa para protegernos de los riesgos

Para prevenir estos múltiples riesgos y garantizar que el profesional del tatuaje y piercing trabaje con todas las garantías higiénico-sanitarias necesarias, hay que prohibir del método pistola que utilizan algunas personas a la hora de colocar un piercing.

Este método, “rompe el cartílago más de lo necesario lo que complica aún más la curación de la herida, pudiendo llegar incluso -en los casos más graves- a la posibilidad de pérdida del lóbulo”, advierte el doctor Torres.