Los problemas hormonales son un porcentaje muy bajo entre las causas que dificultan adelgazar.
Los verdaderos motivos dependen de un desequilibrio originado entre lo que se come y las energías que se gastan.
Las causas de la obesidad según esta disciplina se dan por un balance energético positivo que lleva a un aumento de la masa corporal. Si fallan los mecanismos de ingreso y egreso de calorías puede llevar a ese desequilibrio que origina el aumento de peso.
El ingreso energético está determinado por una serie de neurotransmisores y hormonas que intervienen en el proceso de saciedad y apetito: la serotonina, cortisol, leptina, neuropéptido Y, CRF, dopamina, y otras sustancias que se relacionan con la conducta alimentaria del individuo.
Por otro lado la inactividad corporal va generando también acumulación de grasa debido a una menor oxidación de la misma.
Muchas veces la dificultad para bajar de peso puede darse por cierta codificación genética que generalmente coincide con haber comenzado a tener obesidad desde la pubertad.
En todo caso, es claro que son relativamente raros los casos de obesidad vinculada con trastornos endocrinológicos, salvo en el caso del hipotiroidismo -aunque, aún en este caso, muchas veces se le adjudica mayor responsabilidad de la que realmente tiene.