Mente programada

El aumento en el peso corporal ocurre cuando el consumo de calorías excede la energía que se quema.

Pero detrás de esta simple ecuación, hay problemas de conducta como el apetito y la saciedad, así como mecanismos bioquímicos que nuestro organismo utiliza para procesar alimentos y almacenar energía.

Muchas de las funciones básicas del organismo, como la temperatura, el hambre y el equilibrio de fluidos, son controladas por una parte del cerebro llamada hipotálamo.

Pero en ocasiones, una mutación en genes activos en la región del hipotálamo puede tener consecuencias dramáticas en el aumento de peso.

Los científicos han descubierto que las personas que tienen estas mutaciones son severamente obesas.

Pero tal como señalan los autores del otro estudio, estas mutaciones parecen también tener un impacto en la obesidad común.

“Nuestros estudio revela ahora que esto no solamente ocurre con la obesidad severa sino también con la obesidad común”, señala la doctora Ruth Loos, autora del otro estudio levado a cabo por el Consorcio GIANT, que incluye a investigadores de más de 60 instituciones.

Genes elusivos

Tal como explican los científicos, cada una de las variantes identificadas tiene un pequeño impacto en la obesidad

Pero cuando una persona tiene todas las variantes es, en promedio, entre 1,5 y 2 kilos más pesada.

“Parece sorprendente que sepamos tan poco acerca de la biología de un problema médico y social tan importante”, dice el profesor Mark McCarthy, de la Universidad de Oxford, otro de los investigadores.

“Estamos descubriendo que los trastornos comunes tienen causas complejas y sólo con el entendimiento de la biología podemos empezar a hacer intentos racionales para tratar y prevenir enfermedades como ésta”, afirma el investigador.

Los científicos creen que todavía podría haber más de una docena de variantes similares por descubrir. Aunque los efectos de las variantes descubiertas ahora son “modestas”, dicen, esta investigación podría conducir a futuros estudios para descubrir otros genes más “escurridizos”.

Pero otros expertos, como el profesor Peter Weissber de la Fundación Británica del Corazón, se muestran más cautelosos con este hallazgo.

La genética, dice el experto, podría explicar por qué algunas personas no tienen ningún problema en mantener un peso bajo mientras a otras les cuesta mucho trabajo.

“Pero la genética no es la explicación de la actual epidemia de obesidad”.

“Porque estos genes han estado presentes durante siglos y la epidemia de obesidad es un fenómeno relativamente nuevo”, concluye el experto.